mercoledì 8 luglio 2015

La letra que entra.

La literatura en la clase ELE.


Acabo de terminar un curso estupendo, y tanto he disfrutado con él, que ahora que ha llegado a su fin no puedo evitar un cierto sentimiento de amorosa pérdida, como si  de repente me hubiera quedado huérfana, o viuda, o algo por el estilo.

El curso en cuestión es Toco tu boca. De la enseñanza de la literatura a la didáctica de la creación, organizado por el Instituto Cervantes de Roma y Digitalingua, y con dos tutores excepcionales donde los haya, Patricia Toubes y Javier Villatoro. Durante dos semanas, ochenta personas de tres continentes hemos compartido en línea la vivencia de la literatura y sus posibilidades didácticas en el ámbito de la enseñanza del español como lengua extranjera.


Qué magnífica experiencia... Ahora me doy cuenta del poco partido que se le suele sacar a los textos literarios en la didáctica de las lenguas extranjeras, y de cuánto, en cambio, pueden ofrecernos si los tratamos adecuadamente.

La literatura, lejos de ceñirse a un aspecto ornamental, es un catalizador de emociones y sentimientos, y, dado que la literatura no solo está en los libros y los premios literarios sino también en la calle, en la música, el cine, la publicidad, etc., constituye una muestra de lengua tan real como pueda serlo una reseña o un texto periodístico. Es precisamente ese valor de autenticidad el que puede permitirnos tocar el universo emocional de nuestros alumnos, ofreciéndoles una dimensión completa (y no solo gramaticalmente correcta) de la lengua que están en proceso de aprehender.

De los materiales propuestos en el curso, organizados en una cuidada y acertadísima selección, me gustaría destacar aquí un excelente artículo de María Dolores Albaladejo, Cómo llevar la literatura al aula de ELE: de la teoría a la práctica (marcoELE, revista de didáctica ELE / ISSN 1885-2211 / núm. 5, 2007). En él la autora responde a la gran pregunta que nos hacemos todos los docentes a la hora de introducir un texto literario en nuestras clases de español: ¿qué requisitos debería cumplir un texto de este tipo para resultar apropiado a nuestra didáctica?. Los aspectos básicos serían los siguientes:
  1. ser accesible, es decir, que no debe estar muy por encima del nivel de competencia lectora actual del alumno para no impedir el disfrute de la obra.
  2. ser significativo y motivador, es decir, que los contenidos deben ser relevantes para la experiencia y los intereses de los alumnos.
  3. que sea integrador de varias destrezas, es decir, que hay que dotarlo de actividades de explotación de tipo comunicativo.
  4. que ofrezca múltiples formas de ser explotado, es decir, potencialmente versátil para la interacción.
  5. que incluya connotaciones socio-culturales, es decir, que enriquezca con su reflejo del contexto histórico en que surge y la sociedad que ocupa sus circunstancias.
  6. que sea auténtico, es decir, que se ofrezca en su versión original.
Todo lo visto, hecho y trabajado de un tiempo reciente a esta parte ha reavivado en mí los contenidos de un libro de título imponente que dormía desde hace años en un rincón oscuro de mi biblioteca, La cultura. Todo lo que hay que saber, autor Dietrich Schwanitz (mi edición española es de Santillana, 2006).

En el capítulo dedicado a La casa del lenguaje, el autor hace unas interesantes reflexiones sobre Poesía y autorreferencialidad, en la que se consideran diferentes aspectos de la estructura metafórica de la poesía y el principio de semejanza, que es el fiel de la metáfora. Una de sus propuestas más acertadas es, en mi opinión, el ejemplo construido sobre una de las historias que Petronio (s. I d. C.) nos narra en el Satiricón, novela de novelas, libro de ingenio e invectiva social: se trata del cuento titulado La matrona de Éfeso.

En resumen, los hechos son los siguientes: Una viuda lleva el cadáver de su esposo al panteón familiar. Llena de dolor, la mujer no quiere seguir viviendo. Un soldado vigila, bajo pena de muerte, los cadáveres de varios criminales crucificados. Descubre a la viuda y se enamora de ella, logrando que esta olvide a su esposo y se enamore de él. De esta forma le salva la vida, pero puede perder la suya: durante su ausencia, uno de los crucificados es robado por su familia. Cuando el soldado, antes de que se dicte su condena, se dispone a quitarse la vida, la viuda le salva la vida ofreciéndole el cuerpo de su esposo, que ha de sustituir al cadáver robado.

 
 
El argumento es turbador, lo sé, pero el andamiaje es maravilloso. Una primera lectura ofrece un panorama de enredo amoroso, casi de adulterio con tintes de necrofilia, en la que el eje central del relato parece asentarse sobre el comportamiento licencioso de la mujer, que desemboca por una parte en la contravención del código social establecido, y por otra en la afirmación de la vida sobre la muerte.
 
Una segunda lectura es la ofrecida por el autor alemán, esta vez en clave autorreferencial y metafórica. Cito textualmente:
 
Lo vemos inmediatamente: la historia se compone de unos pocos elementos fundamentales que se enlazan sucesivamente, pero que se asemejan y se oponen entre sí:
  • el soldado salva a la viuda;
  • la viuda salva al soldado;
  • ella necesita a un hombre vivo;
  • él necesita a un hombre muerto;
  • ella tiene un hombre muerto;
  • él es un hombre vivo;
  • para poder vivir, ella ha de perder un cadáver;
  • para poder vivir, él ha de conservar un cadáver.
 
Esta semejanza hace posible que, como en una metáfora, los elementos se sustituyan los unos a los otros. De este modo, para la viuda el soldado vivo sustituye al cadáver del criminal. Lo hermoso de la historia es que la mujer puede prescindir del cadáver de su marido justamente cuando el soldado necesita un cadáver. En otras palabras: la muerte pasada del esposo sustituye la muerte futura del soldado, y en la viuda el futuro del soldado sustituye el recuerdo del esposo fallecido.
 
Así, pues, la historia de la viuda de Éfeso también es autorreferencial; se sirve de una estructura metafórica para mostrar la estructura de la metáfora. (...)
 
Impresionante y revelador. Y lo mejor de todo es que la clave de la multidimensionalidad de la literatura estaba aparcada en mi casa en un estante polvoriento, y yo tan tranquila...
 
Creo que he encontrado un lugar adecuado para descansar y vagar durante un tiempo... Lo justo para renunciar a la esclavitud de los horarios y amasar ideas y proyectos nuevos. Es una cala hermosa y recóndita. Me quedaré aquí unas semanas, gustándome toda la férvida luminosidad de este dulce alivio de luto.