El pensamiento crítico, lo insólito y lo posible...
Non confondere mai l'insolito con l'impossibile...
Geremia de' Geremei en L'amico di famiglia, de Paolo Sorrentino (2006).
Mis alumnos están convencidos de vivir una de las ciudades más feas de Italia. O por lo menos lo estaban...
Latina, a 60 km. al sur de Roma, no es, desde luego, una ciudad italiana típica. Tampoco es antigua ni es tradicional, ya que aún no ha cumplido un siglo de vida. En realidad nació como una ciudad anti-urbana; fue proyectada por arquitectos racionalistas para ser un centro de producción agrícola al servicio de Roma. Para edificarla, hubo que robarle terrenos al mar y a las marismas, luchar contra la malaria y tomar prestado de aquí y allá... Además, arrastra la lacra de haber sido instrumentalizada por el fascismo: aún está vivo en la memoria de muchos el recuerdo de Mussolini, que se presentaba en Latina con las cámaras para que lo filmaran cosechando a pecho descubierto, participando así en primera persona del empeño y el sacrificio de los colonos asentados en el territorio (tics de egocentrismo y megalomanía que todavía hoy vemos en Putin, cuando se organiza esas cacerías amañadas y esos combates de kárate en los que siempre resulta el vencedor absoluto...).
Y sin embargo algo tiene Latina, algo que no deja indiferente... Durante la primera mitad del siglo XX se convirtió en la esperanza de muchas familias del Norte de Italia, que vivían en la más absoluta de las miserias. Llegaban en trenes abarrotados hasta el Agro Pontino, como quien llega a California para buscar oro, buscando únicamente una tierra y una casa prometida... A cambio, eso sí, de domar aquellos terrenos insanos y hacerlos productivos.
No puede ser tan fea una ciudad que inspira relatos apasionados y vibrantes como los de Antonio Pennacchi (Premio Strega 2010)... No puede serlo si inspira películas como L'amico di familia (2006), de Paolo Sorrentino, rodada íntegramente en Latina y seleccionada en el Festival de Cannes... Un largometraje con una banda sonora excepcional (incluye la canción My Lady Story, de Antony and the Johnsons) y diálogos brillantes, como este en el que Geremia de' Geremei, un torquemada retorcido y repulsivo en su usura, conoce la belleza insoportable e impertinente de Rosalba... Un encuentro que supondrá el principio de un vínculo, a caballo entre lo insólito y lo imposible, que cambiará la vida de ambos.
Pero vayamos a la didáctica.
Recuerdo que el presente año escolar empezó de manera insólita, un viernes, casi a contrapié, y en mi caso, además, bajo el signo de la renovación personal y profesional. Hoy, a distancia de algunos meses, me doy cuenta de que mis alumnos y yo hemos progresado, de que estamos consiguiendo realizar cosas que el curso pasado habrían sido imposibles.
Creo que el proyecto VANGUARDIAS, cuya primera fase acabamos de concluir, es buena prueba de ello. En este proyecto nos hemos hermanado digitalmente con el instituto de secundaria de Cantillana (Sevilla) en la plataforma europea eTwinning. Hemos adoptado la estrategia del Aprendizaje Basado por Proyectos (ABP) y estamos integrando el trabajo por competencias interdisciplinar, la metodología CLIL, y la enseñanza del Español como Lengua Extranjera, al utilizar el español como lengua vehicular.
Personalmente, agradezco el respaldo que desde el otro lado de la "charca mediterránea" me está brindando mi hermano Rodrigo, profesor de Educación Plástica y Visual en el IES Cantillana, quien ha tenido a bien implicar en el proyecto a sus alumnos a pesar de que en estos momentos está lidiando con los últimos coletazos de su tesis doctoral... (gracias, chacho).
En esta primera fase nuestros alumnos han realizado la presentación de los respectivos centros educativos y de las localidades donde se ubican. Si pincháis aquí podéis acceder a los contenidos del proyecto que están disponibles en navegación abierta. Os invito a que les echéis un vistazo: hay cosas realmente curiosas e interesantes.
Rodrigo y yo somos los administradores de las páginas, pero todos los contenidos son fruto de la búsqueda, selección y edición de nuestros alumnos. En mi caso, en esta primera fase del proyecto, también de la colaboración con mi compañera Anna Maria Marrone, profesora de Técnica.
¿Por qué un proyecto dedicado a las VANGUARDIAS artísticas del siglo XX?. Por muchas razones:
- supone una integración curricular de contenidos previstos en nuestras respectivas programaciones anuales.
- desarrolla las competencias activas del alumnado y su pensamiento crítico a través de la toma de decisiones.
- desarrolla una perspectiva cultural de la identidad propia y ajena, y la enriquece.
- favorece la interdisciplinaridad y la integración de destrezas.
- al trabajar en grupos, es posible aplicar estrategias de didáctica inclusiva para los alumnos con necesidades educativas especiales.
- contribuye al desarrollo de la identidad digital de los alumnos y favorece el uso responsable y didáctico de las Nuevas Tecnologías, en un entorno seguro, pero de dimensión pública.
- fomenta la revalorización del propio territorio, y el espíritu cívico y de ciudadanía en una dimensión nacional e internacional.
Un aspecto que queremos cuidar especialmente en este proyecto es el de la evaluación, que entendemos formativa, necesariamente secuencial y adaptadada a las distintas fases del proyecto. En esta primera fase, hemos utilizado este modelo de rúbrica de evaluación que hemos adaptado de los recursos de la Pearson Italia Academy para nuestra realidad educativa:
Estoy muy satisfecha del trabajo realizado por mis alumnos. Estaban convencidos de que Latina, la ciudad donde se ubica nuestro centro educativo, era una de las ciudades más feas de Italia. Ahora la miran de otra manera y creo que valoran lo que de positivo hay en ella.
Y es que esta ciudad, para bien o para mal, nos guste o no, posee un estilo único que la define. Y yo no creo ser quién para juzgar la originalidad de su fundación, con pecado concebida. Nadie elige dónde ni cómo nacer. Y Latina, como todos, no es más que hija de su tiempo.
Ya, el tiempo. Ese tiempo que, implacable, reclama su tributo. Yo pago, pero aún resisto a las tentaciones de la usura... Pienso a menudo en la escena final de la película de Sorrentino, en la que Geremia de' Geremei, más ínfimo que nunca (solo, pobre, viejo y abandonado por todos) abreva el ánimo en la Fuente de la Palla, en la Plaza del Pueblo de Latina, y casi a modo de ablución, se dirige al padre ausente diciéndole:
Se nos ha olvidado decirnos cuál es el límite (entre los buenos y los malos), papá...
Porque hay un límite... pero yo no lo conozco.